La Joya del Café. Colectiva

CAFÉ. En todo el mundo miles de personas realizan pausas en sus hogares, trabajos y centros de estudio para deleitarse, en compañía o en solitario, con esta bebida que levanta, anima, calienta y reconforta. 

En Costa Rica sucede igual, aunque podemos decir que detrás de una taza de nuestro café hay mucho orgullo. No en vano, somos el segundo país de mayor consumo de café por persona con alrededor de cuatro kilos al año, según datos del 2022. 

Pero más allá de ser nuestra bebida predilecta, están la historia y el desarrollo económico vinculados al cultivo del café. Tras la independencia en 1821, el café se convierte en el protagonista de una historia nacional agroexportadora que impacta en lo social, político y cultural a lo largo de todo el siglo XIX y posterior. 

Está vivo en la memoria colectiva nacional ese paisaje natural al despertar el día, con pájaros, flores, insectos y color, donde cientos de costarricenses ataviados con sus camisas de manga larga, sombreros y pañuelos, faldas, botas, delantales y canastos caminan rumbo a los cafetales a Coger Café. 

Hoy tenemos ocho regiones productoras diseminadas por todo el territorio nacional. En un espacio geográfico privilegiado con variedad de climas, minerales y altitudes que derivan en sabores y aromas exquisitos valorados mundialmente. 

En Costa Rica el café está presente en la pintura, la escultura, la arquitectura y en la literatura popular. En bailes y canciones, en la carreta, en el mercado y sobre todo, en la mesa donde se ha compartido por generaciones mientras construimos recuerdos. 

Con este homenaje le damos espacio en una colección de joyas de autor